Política – Europa y amistad. Una visión de fraternidad.
3 Ottobre 2017Estamos en Europa, pero nos dirigimos al corazón de Europa, Bruselas, sobrevolando nuestra península soleada hasta arribar al sombrío verdor centroeuropeo. Antes la diferencia entre el sur y el norte era mayor, pero ahora se ha difuminado a pesar de las tensiones o precisamente por ellas. Bruselas resulta bella y gris, por el tiempo y la burocracia, aunque nos invita un funcionario nada funcionarial de la Comunidad Europea.
Tres cofrades accedemos a su casona romántica y laberíntica, en medio de un bosquecillo cuyo verdor alegra pero humedece el alma.
Nuestro anfitrión es un viejo discípulo de origen lusitano y gran sensibilidad humana, que defiende al sur frente al norte hegemónico, una península ibérica hispano-lusitana y más Europa frente al secesionismo catalán. En cuestiones interpersonales nuestro común amigo sigue afirmando su tradición juvenil contracultural, con un toque anarcoidal moderado por la edad. Nuestra apasionada conversación oscila entre la responsabilidad social defendida por José Bada y la libertad personal defendida por el amigo Rui. Yo mismo trato de mediar en la discusión, proponiendo una libertad religada o amorosa, implicada o articulada. Pero la amistad triunfa por encima y por debajo de nuestras diferencias, a su través, afectivamente, una amistad fraterna o fratriarcal que bien podría ser el símbolo de Europa como Fratria común o comunitaria. Erich Fromm presenta el amor fratrial como el amor fundamental y universal, yo diría básico y medial, interhumano y horizontal.
Así que nos hemos reunido en el corazón de Europa para hacer fratria, la cual se basa en la amistad como el amor más humano del hombre, la más humana de nuestras pasiones, la versión humanista de nuestra humanidad. El gran humanista Montaigne puso la amistad por encima del propio amor conyugal, con gran sorpresa de su santa esposa. Desde una perspectiva moderna, W. Blake prioriza la amistad humana cuando escribe lacónicamente:
“las aves hacen nido, la araña hace tela, el hombre hace amistad”.
La amistad es la forma más humanizada de nuestro afecto o afección, la forma más humana de ser afectado. Por eso hemos acudido a Bruselas tres amigos, mientras el cuarto nos lo ofrece todo, la presencia de sus hijos, la visita a Flandes, los regalos de valor sin precio, los mejores manjares, la audición musical en la que nuestro viejo amigo se quiebra melancólicamente al escuchar el fado. Es la concelebración de la fratría en el corazón de la Fratria Europa; pues como dice R.W. Emerson, la mejor manera de hacer un amigo es serlo.